Cuando me preguntan ¿Cómo hacer que mi hijo me haga caso?,¿Cómo le hago para que mi esposa cambie y vuelva a ser la misma de antes?... siempre vuelve a mi mente el poema de Mario Benedetti Táctica y estrategia, en especial un párrafo:
Mi táctica es
hablarte
y escucharte
construir con palabras
un puente indestructible
Y suena tan simple que pareciese obvio, suena tan común que creeríamos que no tiene ciencia. Lo Cierto es que en la práctica es muy difícil lograrlo, solo amando de verdad es posible.
Cuando nos dirigimos a nuestras parejas, hijos, hermanos y amigos, estamos más ansiosos por que oigan y aprueben (y en muchos casos más que aprobar obedezcan)que en saber de dónde vienen, que han hecho o como están, sin darnos cuenta estamos tan encerrados y ensimismados de nosotros mismos, que no nos es posible contactar con el otro, poder saber o apreciar otra versión del mundo y de los hechos que no sea la de nosotros (este o no este equivocada, sean o no partes complementarias de la misma historia). Así es como convertimos lo que debiera ser una charla o reunión amena en un par de soliloquios apenas si sincronizados para no interrumpirse mutuamente, o en ocasiones, ni siquiera eso es posible.
Es común tener las ideas de -pero es que no solo es cuestión mía, debe de haber un interés también por parte de él o ella…, y siempre que le pregunto no me contesta o solo me dice que bien-. Lo cierto que si no sabemos escuchar tampoco podemos preguntar, se nos ha olvidado que cuando llegábamos de clases nuestras madres muchas veces nos preguntaban que habíamos hecho en la escuela y a continuación se soltaba una serie de preguntas que nos hacían sentir atosigados, acosados incómodos, molestos en vez de sentir un que realmente se interesaban en nosotros y realmente nos deseaban escuchar. No es que los adolescentes quieran apartarse de los padres, reflexionemos si realmente es cómodo contestar pregunta tras pregunta hasta estar atrapados en un interrogatorio interminable, que además no muestra interés por lo que es importante para nosotros.
¿Para qué hacemos entonces esos interrogatorios? Si nos detenemos un poco, gran parte de las veces preguntamos no para conocer a nuestros hijos o pareja. Preguntamos para que nos digan lo que queremos saber e incluso para que nos terminen diciendo lo que queremos escuchar. Para mantener el control sobre ellos, para mantenerlos vigilados, para cumplir … De esta manera por más que preguntemos aun así seguiremos atascados en nuestras propias creencias y necesidades creyendo, que así como nosotros creemos que son las cosas es como son, pero sin compartir de manera autentica con quienes nos rodean.
Para escuchar es necesario abandonar expectativas, escuchar lo que dice y preguntar para complementar y enriquecer lo que me narra y desea contar, no lo que yo deseo que me cuente o creo que me va a contar.
No juzgar, el escuchar simplemente y guardarnos nuestras etiquetas sobre lo que está mal o bien, escuchar y aceptar lo que nos dicen o tolerarlo. Solo de esta forma nos contaran realmente lo que desean y no buscaran contarnos lo que es correcto para nosotros.
Por último, aceptar de forma incondicional, escucharlos sin peros. Cuando los interrogamos o llegamos a decirles lo que deberían hacer o lo que deben de saber, lo que hacemos sentir a los demás, es que realmente no son importantes para que se escuche lo que ellos traen consigo, que solo son necesario para conseguir información o actuar según la otra persona lo requiera, pero ellos ensimismo son ignorados y el ser ignorado es una forma de ser lastimado. Por eso lo principal y en ocasiones más difícil es escuchar de forma incondicional.
Muchas personas que no han experimentado el ir a psicoterapia, creen que no funciona porque solo van a ir a contar sus cosas. Lo que ellos aún no han descubierto es que la psicoterapia funciona, porque van a ser escuchados y la mejor forma de aprender a escuchar es cuando has sido escuchado, y el escuchar tiene tanto valor porque enriquece tu vida y te permite actuar de formas nuevas y diferentes al tiempo que te permite ser escuchado ”creando puentes indestructibles o dicho de otra forma vínculos duraderos” aun en los momentos más difíciles.
