El trastorno del espectro autista interviene en el desarrollo neurológico de un gran número de niños, caracterizado por déficits sociales, deterioro de la comunicación verbal, no verbal y movimientos repetitivos. Por lo que es importante conocer las necesidades específicas y seguir creando una red de apoyo para las familias que tienen un integrante con este trastorno. Claramente el tratamiento debe ser pautado por un psicólogo, neurólogo o pedagogo pero desde hace un tiempo se ha identificado que el comportamiento manifestado en individuos con autismo se encuentra ligado a alimentos particulares. Aunque existe evidencia poco concluyente, una de las dietoterapias mas utilizadas es la Dieta Libre de Gluten y de Caseína, esta dieta mantiene un consumo nulo de alimentos y bebidas con gluten (la cual es la proteína encontrada en ciertos cereales como el trigo, avena, cebada y centeno) y la caseína (proteína de la leche y derivados lácteos). Esto con la hipótesis de que la caseína y el gluten no pueden ser digeridas por completo, debido a una deficiencia enzimática que impide desdoblar adecuadamente estas proteínas que tienen propiedades opiáceas. Como resultado de esto, podrían atravesar la membrana intestinal hasta el sistema circulatorio y llegar al sistema nervioso, lo cual genera el malestar físico y los síntomas conductuales presentados en el trastorno. Otros estudios demuestran alergias, intolerancias alimentarias o hipersensibilidad en muchos niños, en los cuales se incluyen los colorantes artificiales, aditivos u otros componentes químicos encontrados principalmente en productos procesados, pudiendo provocar alteraciones intestinales, manifestaciones cutáneas, fiebres inexplicables, en donde tales alteraciones tendrían efectos en los problemas conductuales, irritación, llanto, problemas de atención o autoagresión. Estas dietas de eliminación de gluten, caseína, colorantes y conservadores deben llevarse a cabo durante 3 a 6 meses para corroborar que producen las diversas alteraciones ya mencionadas. Además que esto puede ser un tanto difícil debido a que muchos niños con autismo tienden a ser selectivos, rechazando alimentos nuevos y solo admiten ciertos colores, olores y texturas por lo que su dieta ya puede ser bastante limitada, además que el cambio en la rutina puede generar crisis significativas, en donde un punto importante es no tener ningún impacto negativo en la nutrición, por lo cual tendrá que acudir para una asesoría profesional adecuada. Con todo esto en mente es importante recalcar los alimentos a eliminar, los cuales son productos que contengan, trigo, avena, cebada y centeno, colorantes artificiales, conservadores como el glutamato mono sódico, leche, quesos, yogurt, cremas o hasta mantequillas, frituras, galletas, helados, etc, en alimentos procesados es de vital importancia leer las etiquetas para identificar estos ingredientes. Esperando mejorar la dieta en general con la inclusión de verduras, frutas, leguminosas y carnes magras, para un buen aporte de nutrientes esenciales para su crecimiento y desarrollo.
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