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Patrón psicológico de pacientes con Artritis reumatoide


El sistema inmunitario en nuestro cuerpo es el encargado de PROTEGERNOS, su tarea es IDENTIFICAR, ATACAR y MATAR células patógenas que puedan llegar a nuestro organismo tales como células cancerosas, virus, bacterias, etc.

En las enfermedades autoinmunes como la ARTRITIS REUMATOIDE, el sistema inmunitario, se convierte en el agresor ya que actúa con nuestras propias células como si fueran extraños y ataca partes del cuerpo, en vez de protegerlas.

Existen respuestas autoinmunes, es decir que son barreras que impiden que los materiales dañinos ingresen en el cuerpo, por ejemplo, la tos, la mucosidad en nariz, fiebre, inflamación, que tienen como tarea, destruir esos agentes extraños.

En la artritis reumatoide, la inflamación es la principal respuesta autoinmune, como vemos en el video, cuando no actúa correctamente, la inflamación no cesa y el resultado es doloroso e incapacitante.

Los pacientes con artritis reumatoide han demostrado con base en estudios de patrones psicológicos coincidir en ser personas aparentemente extrovertidas, con tendencia a sentir miedos, a veces tener una perspectiva negativa de la vida, ser muy dependientes de los otros.

Confunden amor con reconocimiento, dan, hacen y sacrifican por los demás para no perder su compañía, aunque la compañía no sea de beneficio para ellos.

Aparentan ser duros y firmes, pero en la vida cotidiana no ponen límites ni defienden sus derechos. No utilizan los recursos psicológicos para enfrentar la vida, cuando lo hacen, lo hacen para los demás y nunca o pocas veces para ellos mismos.

Es decir, actúan atacándose a sí mismas en lugar de protegerse y defenderse, en la vida no identifican a sus agresores (situaciones, personas, problemas) y prefieren ser "víctimas" o "esclavos" para no sentirse abandonados (cuando realmente ya lo están por ellos mismos y por los demás).

Por este mismo miedo al abandono, se abandonan a ellos mismos y se vuelven su propio agresor, pues el paciente se ha vuelto un extraño para sí mismo, no sabe quién es, no reconoce sus propias necesidades, su propio valor, sus propios recursos psicológicos que son aquellos que tenemos para defendernos, protegernos y enfrentar la vida (nuestro "sistema inmunológico psíquico" por así decirlo).

Por dar a los demás prefiere pagar el precio de quitarse todo a él mismo, permite que se devore su propio ser, exactamente igual que lo hacen sus células. Lo que pasa a nivel psíquico, es lo que sucede a nivel molecular.

El tratamiento médico en pacientes con artritis reumatoide es a través de los fármacos antirreumáticos modificadores de la enfermedad o FARME, son fármacos con diferente estructura química que actúan haciendo más lento o quizás hasta deteniendo la evolución de la inflamación (de la agresividad a si mismo). Aparentemente, los FARME modifican el sistema inmunológico provocando una inmunosupresión selectiva y controlada para evitar que la actividad de la inflamación provoque LIMITACIÓN FUNCIONAL y así poder evitar que la alguna parte del cuerpo quede INVÁLIDA.

En tratamiento psicoepigenético se trabajan las habilidades de afirmatividad, que son las que nos permiten IDENTIFICAR situaciones que nos provocan malestar, incomodidad o disgusto, PONER LIMITES (a los demás y no a nuestras propias funciones) y ENFRENTAR.

Es importante trabajar el autoconcepto, empezar a RECONOCERSE a si mismo, aumentar la autoestima, para empezar a VALIDARSE, a encontrar su valor, aprender a usar esos recursos psicológicos (la defensa del ser) PARA ÉL Y NO EN CONTRA DE ÉL, y facilitar el desarrollo de la capacidad para adaptarse al cambio.

Aunque la artritis reumatoide es una enfermedad crónica (de larga duración) y degenerativa (que provoca un progresivo deterioro) y sus causas son físicamente desconocidas, con la ayuda del trabajo psicoepigenético se puede trabajar este patrón de conducta (la causa psicológica conocida) y así ayudar al paciente a conseguir mejores resultados en el tratamiento.

Con la terapia psicoepigenética, los pacientes han logrado disminuir la inflamación (disminuir el ataque a su propio ser), los dolores articulares (comenzando a tener movilidad de sus recursos psicológicos, HACIENDO ACTIVAMENTE por él y para él), rigidez corporal (modificando su patrón rígido y teniendo más flexibilidad psíquica) y algunas veces detener o modificar las deformaciones de las articulaciones (dejar de deformar su ser).

La práctica psicoepigenética aunada al tratamiento médico le permite al paciente abordar su padecimiento de manera INTEGRAL y así abrirle paso a su "BIEN-ESTAR".

Recuerda que toda enfermedad corporal es un intento de curar una enfermedad espiritual.

Si conoces el dolor de tu alma, conocerás el padecimiento de tu cuerpo.

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