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El pañal no se quita, se deja.


En este artículo te vamos a dar algunas recomendaciones para estimular que tu hijo o hija pueda tener un adecuado control de esfínteres, es decir que puedan tener control de su cuerpo para ir a hacer pipí y popo en el escusado.

Este es un proceso que pasará naturalmente, sin embargo, lo puedes ayudar a que sea una transición más sana.

A partir de los 12 meses, los niños y niñas tienen un proceso de maduración físico y psicológico para poder comenzar, pero ¿Cómo saber que ya es hora? El “Tip” para darte cuenta que ya es momento de comenzar el entrenamiento es cuando tu hijo o hija puede saltar con los dos pies juntos. En ese momento te darás cuenta que tiene autocontrol de su cuerpo, ya se da cuenta de que tiene ganas de hacer pipí o popó y por lo tanto tendrá la madurez psicológica también para decirle adiós al pañal y comenzar una nueva etapa de su vida.

¿En qué influye psicológicamente, el poder tener control de los esfínteres? representa que el niño o niña puede comenzar a soltar, a dejar aprensiones, de hecho es cuando comienzan a trabajar el compartir.

Te recomendamos que, al comenzar con este proceso, haya en casa un ambiente relajado, positivo y sereno. Es común que el tema se tome como algo desagradable, pero en realidad es lo más natural, es parte de un ciclo y así se debe de tomar. Si le damos alguna connotación negativa, posiblemente le cueste más trabajo a tu hijo o hija poder dejar el pañal.

¡Las rutinas nos ayudan! Así puedes tener más o menos medido los tiempos en que tu hijo o hija puede ocupar la bacinica, también será más fácil lograr un ritmo agradable de bienestar. Si hay algún cambio grande en su vida, como el tener un hermano o hermana o un cambio de guardería, no es un buen momento. Lo ideal es que esté emocionalmente estable.

Recuerda que como en todo, una vez comenzado el entrenamiento, no hay vuelta atrás. Se recomienda que únicamente usen el pañal en las noches, si ya comenzaron con el calzón de tela para entrenamiento, ya no le pongan pañal durante el día.

Hagamos esto en dos etapas: Comencemos a dejar el pañal durante el día y cuando lo tengamos dominado, podemos hacerlo por las noches.

Muchas veces por la falta de tiempo, recurrimos a usar pañales en pleno entrenamiento, esto confunde al niño o niña y provoca que deje de esforzarse para dejar el pañal. Así que ¡Hagámonos un tiempo! Es complicado, pero te recomendamos que utilices un puente, un fin de semana, las vacaciones o espacio para dedicarle tiempo a este proceso

¿Por qué es importante que el proceso sea sano?

El control de esfínteres bien logrado provoca una persona con buena autoestima, seguridad en sí misma, independencia, buena comunicación y lenguaje más claro y es el inicio para tener una buena motricidad gruesa (es decir los movimientos corporales grandes como correr, brincar, patear pelotas, etc), ayuda a tener una toma de decisiones clara y se desenvuelve mejor en lo social.

¿Cómo comenzar un entrenamiento?

Antes de comenzar, durante la época de pañal, al terminar de cambiarlo puedes darle el pañal bien cerrado para que él o ella lo lleve al bote de basura y se despida.

Escoger la bacinica es un momento importante, lleven al niño o niña a la tienda y denle la oportunidad de que la escoja. El chiste es que le guste mucho y le llame la atención.

A partir de ese momento es importante llevarla a todos lados, muchas veces nos da pena, pero recuerda que al hacer este proceso más natural, menos trabajo le va a costar.

Ahora sí, el día que deciden comenzar el entrenamiento: desde que se despierta le pones el calzón de tela para entrenamiento de control de esfínteres, se lo quitas sólo en la noche para ir a dormir y le pones su pañal.

Sentarlo a la hora aproximada que se cree que vaya al baño, si no lo logran pueden hacer el ejercicio de que cuando mamá o papá vayan al baño, pueden invitar al niño o niña a que se siente en su nica, recuerda el ejemplo es lo mejor.

Las veces que él logre hacer en la nica, celebrarlo, aplaudirle, hacerle fiesta. Una vez hecho esto, papá o mamá debe de poner el contenido en el escusado y antes de jalarle, el niño o niña deberá de despedirse de la pipí y popó.

Cada niño o niña tiene sus tiempos, no hay que presionar, ni presionarnos, no queremos contagiar la aprensión porque eso no ayuda al proceso.

¿Qué puedo hacer para estimular?

Jugar con agua de manera libre, por ejemplo e

n una tina poner agua y que juegue con ella. Puedes hacer el vaciado, esto es un ejercicio donde pones dos recipientes en la tina y le muestras cómo pasar el agua de un recipiente al otro, el chiste es que poco a poco el niño o niña lo haga solo. Otra forma de hacer este ejercicio es con semillas cuando no puedan jugar con agua.

Juego con masa de sal, les encanta y estimula, puede ser juego libre o bien, ejercicios como amasar o que la aplasten.

Con pelotas juego libre, pero si quieres ayudar un poco más, puedes ponerlos a patearla, el chiste es poder darle fuerza en las piernas y provocar el control.

Brincar, hacer ejercicios para ayudarle a que brinque con los dos pies, siempre jugando. Recuerda que en el momento en que salte con los dos pies juntos será el momento ideal para comenzar el entrenarmiento.

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