Se puede considerar como infidelidad virtual todo aquel evento que falte a los acuerdos íntimos de una pareja y que pretenda satisfacer con un tercero algún deseo sexual o amoroso, en redes sociales como WhatsApp, SMS, Facebook y los DM en Twitter a través del teléfono celular o computadora.
Puede iniciar con un intercambio de likes, comentarios y conversaciones íntimas, hasta llegar a flirteo, intercambio de fotografías, videos, audios, mensajes de texto, videollamadas, emojis y frases eróticas (sexting) todo esto sucede a espaldas de la pareja formal, por lo que representa un acto de engaño y deshonestidad.
Cuando se inicia esta comunicación la mayoría de las personas no buscan engañar a la pareja, el propósito no es el sexo ni la traición como tal. Lo que existe, en realidad, es el anhelo de experiencias nuevas, sentir la adrenalina, el refuerzo de la autoestima, la búsqueda de la emoción furtiva dando ilusión a un momento del día.
En muchas ocasiones, comienzan como un juego inofensivo y terminan siendo mucho más que eso. Este tipo de encuentros no necesariamente se llegan a presentar en el plano físico y muchas veces solo se quedan en el terreno de lo virtual, pero eso no hace que la conexión sea menos poderosa. Es más, podría incluso darse una relación entre dos personas que nunca lleguen a conocerse o a tener un encuentro sexual, esto es debido a que el cerebro percibe como real la relación y produce adrenalina y sobre todo oxitocina que provoca la sensación de apego y enamoramiento.
Algunos lo catalogan como una forma inofensiva de satisfacer necesidades emocionales, sociales o físicas fuera la relación. Además de la angustia emocional que genera en quien tuvo la iniciativa de engaño, existen muchos otros riesgos asociados a la infidelidad virtual, el más frecuente y temido es el riesgo de concretar el encuentro físico.
Se le considera infidelidad porque se rompe el acuerdo de fidelidad establecido implícita o explícitamente por la pareja, existe deshonestidad por parte de uno de los miembros y además se presentan conductas típicas del acto infiel como comenzar a esconder y ocultar este tipo de eventos que se sabe que son incorrectos porque están fuera de lo acordado y por ende si el otro descubriera lo compartido a través de la red, lo más posible es que se decepcione fuertemente o termine la relación pues el impacto emocional para la persona que ha descubierto la infidelidad virtual no es menos grave que el de los actos cometidos físicamente.
Los sentimientos son los mismos que en la infidelidad física. Hay estudios que corroboran que los romances virtuales pueden llegar a generar el mismo tipo de pensamientos y emociones que se generan en cualquier relación que se establece y esto ocurre porque en las relaciones virtuales se incluyen también el establecimiento del secreto y la fantasía, se experimentan diferentes emociones como la alegría, el enojo, la rabia y la tristeza, se puede experimentar entusiasmo, vivenciar frustraciones, se puede más fácilmente idealizar al otro y sentir enamoramiento por él. Esto nos muestra que las conexiones con los demás van más allá de lo físico, aunque eso con toda la pandemia y confinamiento todos lo hemos experimentado y confirmado.
Causas de infidelidad virtual
Así como en circunstancias reales, la infidelidad virtual es vinculada a carencias de índole sexual y afectivo, que tienen que ver con la pareja pero también con cada uno de los integrantes de ella.
En cuanto a la pareja podemos encontrar los siguientes:
· La infidelidad se inicia por grietas en la relación . El tercero nunca llega solo. Siempre es un invitado de la pareja, durante las crisis. Nadie llega a destruir la felicidad de otros sin que alguien le haya dado lugar,
· Deficiencia o ausencia de comunicación emocional.
· Una relación sexual deteriorada o insatisfactoria no expresada.
· En ocasiones puede deberse a eventos que afectan la intimidad de la pareja como el embarazo o nacimiento de un hijo
· Puede deberse también a un vínculo deteriorado en la pareja con discusiones y peleas constantes.
En cuanto a las necesidades personales de uno de los miembros de la pareja no canalizadas de un modo saludable, podemos encontrar:
· Miedo a la intimidad por dudas en el desempeño o trastornos sexuales.
· Aburrimiento sexual.
· Baja autoestima que necesita refuerzos rápidos.
· Reafirmar la capacidad de conquista o de sentirse atractivos, pues la búsqueda de una aventura puede ser vigorizante y estimulante para el ego.
· Un bajo compromiso con la relación.
También existen casos en hombres que piensan que el intercambio erótico en línea, es un gran método de estimulación para luego poder desempeñar un mejor papel sexual con su cónyuge. Les resulta difícil lograr excitación solo a través del contacto físico con sus parejas y recurren al cibersexo para “calentar motores”.
Uno de los riesgos de la infidelidad en línea es que puede generar adicción e invierten mucho tiempo y energía en algo irreal, además de que restan horas de dedicación y esfuerzo familiar, la obsesión puede acarrear dificultades a la salud mental y a las relaciones en general.
La peor consecuencia que deriva de todas estas posibles acciones de riesgo, es el impacto negativo que puede ocasionar a la autoestima de la pareja y a las interrelaciones con hijos, familiares e incluso amistades.
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