El #miedo es una de las seis #emociones básicas de Ekman, y como emoción básica tiene una función esencial para el funcionamiento saludable del organismo, es una emoción heredada desde el punto de vista evolutivo que nos facilita la respuesta ante situaciones potencialmente peligrosas o que amenazan real o imaginariamente nuestra supervivencia.
El miedo en el griego antiguo y su mitología se reconoce como Fobos (Φόβος), que era hijo de Ares y Afrodita, Fobos era la representación del horror, ante su imagen no había opción más que huir o fingir la muerte para después escapar, pero Fobos tenía un hermano gemelo llamado Deimos, ambos eran tan parecidos entre sí, que era imposible diferenciarlos, excepto por el efecto que generaban en quienes los veían, Fobos aparecía de manera inicial, haciendo huir a quien se le ponía en frente y después llegaba Deimos que horrorizaba con la amenaza del dolor que significaba su presencia.
Ya se dijo que como emoción básica el miedo es imposible de evitar, pero la mitología griega en la diada gemelar que representan Fobos y Deimos nos da una esperanza de ver y vivir el miedo desde un lugar diferente, que nos permita reconciliarnos con él.
Armonía (Harmonía) la hermana de Deimos y Fobos , era la única que podía diferenciarlos a simple vista, es por ello que Armonía representa una esperanza en la vivencia humana del miedo, ya que la definición de armonía se refiere a la concordia y al equilibrio entre las cosas, el punto exacto que permite la relación adecuada entre un conjunto de elementos, como cuando escuchamos una buena orquesta, mantiene armonía en sus notas y participación de diversos instrumentos; dicha armonía aplicada al miedo , implica la relación entre los dos elementos que surgen del miedo, el primero que corresponde a Fobos, huir o evadir, y dos, el que corresponde a Deimos, quedarnos paralizados por el dolor que representa su presencia. La armonía nos permitirá reconocerlos y saber que separados como lo dice la mitología griega, carecen de poder.
¿Cómo aplicarlo en una situación concreta? por ejemplo, estoy en la fila del juego mecánico más aterrador que recuerde, estoy ahí no por voluntad sino porque me comprometí a hacerlo, o porque “me convencieron”, por presión social o por la razón que se te antoje. Mientras estas en la fila necesitas armonizar el miedo, saber que tiene dos momentos, el primero es un conjunto de ideas catastróficas que pasan frente a tu mente, que fantasea con los peores escenarios; Si tu permites que esos pensamientos surjan e impacten a tu cuerpo, este se congelará horrorizado por los dolores que está comenzando a sentir producto de las imágenes proyectadas por la mente. Armonizar es reconocer primero que tu cuerpo no está viviendo absolutamente nada de ello, ¿cómo?, regresando a la identificación de tus funciones básicas en el aquí y el ahora, el contacto con tus cinco sentidos al ritmo de tu respiración, y evidenciar las fantasías catastróficas verbalizándolas en cuanto estas aparezcan, dichas fantasías reducirán significativamente su impacto en ti y en tu cuerpo una vez que las expreses, entonces el miedo cumplirá su función preventiva, más no restrictiva. Otra opción es ser congruente con tu necesidad y salirte de la fila, pero sabemos que las situaciones que nos provocan miedo no siempre se eligen.
A veces en terapia trabajo con esta analogía utilizando los sinónimos miedo-temor, acompañando al consultante en el manejo armónico de su dualidad internalizada, saber que separados mente y cuerpo, Fobos y Deimos, no tienen el mismo poder paralizante , es un alivio para el cuerpo cuando se aprende a dominar dicho recurso.
Concluimos entonces que el miedo es una emoción básica e indispensable para el ser humano, y la única manera para desaparecerlo de nuestro sentir es experimentándolo, pero hay de miedos a miedos, y cuando son miedos que paralizan o impiden actuar de manera asertiva o funcional, requieren acompañamiento psicoterapéutico, el trabajar con esta estrategia es una alternativa de muchas otras que puedes integrar en un proceso personal, acércate a uno, “no tengas miedo”.
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