Las relaciones de pareja, como cualquier otra forma de vinculación, experimenta de forma paulatina cambios y etapas.
Por lo general, podemos mencionar que a lo largo de la vida en pareja se pueden apreciar hasta “cinco fases” que, si bien no son formales y varían de pareja en pareja y de autor en autor, el hecho de conocerlas nos permite comprender y generar consciencia de que todo vínculo requiere de evolución y que estas fases son como la mayoría de las cosas de la vida, efímeras:
a) Atracción: No es casual que sintamos inmensa afinidad hacia “esa persona”, y no hacia otra… En este sentido, es interesante que observemos y reflexionemos qué características y cualidades son las que nos llevan a sentirnos cautivados: familiaridad, hormonas, estándares de belleza, incluso habrá que piense que es una especie de “suerte del destino”, Destaquemos que en esta etapa difícilmente la pareja asiste a terapia (simple y sencillamente).
a) Enamoramiento pasional: Podríamos decir que si hemos trascendido la etapa de la atracción en lo inmediato llegará una explosión de hormonas acompañado de intensa sexualidad y proyecciones en donde la pareja se idealiza, viéndole “perfectx”, radiantes y espectaculares, a nivel vivencial pareciera que todo lo podemos juntxs y nada ni nadie puede derrumbar nuestro camino. Si esta etapa se consolida adecuadamente nos llevará de inmediato a el enamoramiento en calma, pero de no ser así, quedará solo plasmada como “lo que pudo haber sido”
b) Enamoramiento en calma: cuando la pareja atraviesa la etapa de atracción y el enamoramiento pasional, se “relaja” y entra en la fase profunda, en donde lo esperado es que comiencen a evidenciar las imperfecciones, las
sombras e incluso el entendimiento de que quizás la pareja no es tan “perfecta y radiante”, como habíamos imaginado. A esto le llamamos plenitud de pareja, te amo y te acepto aun con tus imperfecciones.
a) Amor Consciente: En esta etapa las parejas ya no se ven como dos medias naranjas que necesitan estar juntas para poder ser “uno mismo”, comprenden que son naranjas completas compartiendo el mismo aquí y ahora pero que se pueden ofrecer en confianza y madurez al crecimiento y felicidad mutuo. Si este vinculo no se hace consciente, dará pie a relaciones “inconscientes e inmaduras” … y sí, aquí es el momento en el que “normalmente”, llegamos a terapia.
a) Compromiso: En esta fase la pareja puede tomar la decisión de formalizar el vínculo, (vivir juntos o casarse), y también, es el momento en el que la pareja comenzará a ser un sistema independen del que corresponde a la familia primaria, compartiendo motivaciones, crecimiento y cumplimiento de necesidades conjuntas.
Sé que no me lo has preguntado, pero, para mí, este es el verdadero motivo por el que deberíamos ir a terapia de pareja.
· Porque queremos Comunicar y comprender de manera clara las expectativas y necesidades que giran en torno a la vida en pareja (la identificación de roles, la capacidad de negociar o no aspectos individuales, para proyectar los planes a corto, mediano y largo plazo).
· Porque necesitamos producir nuestro propio lenguaje y entendimiento (pese a la carga social y familiar)
· Porque tenemos un conflicto directo y evidente.
· Porque queremos hablar de nuestra intimidad o bien se están presentando inconvenientes en nuestra vida sexual.
· Cuando no tenemos claros los planes a futuro
En cierto modo todxs tenemos un ideal respecto a cómo podría ser la vida en pareja y aunque es algo que no podemos evitar, es evidente que tenemos expectativas e influencias.
No obstante, es importante poder hacer un análisis profundo y honesto sobre lo que se espera con la llegada y trascendencia de este compromiso para pasar a la consolidación del ciclo de pareja y si fuera el caso, del inicio del proceso y las etapas de creación de una familia.
No existe duda de que en el amor maduro y consciente encontraremos siempre la oportunidad de reafirmar nuestra esencia y llenarnos de energía vital para trabajar en equipo. En donde aspiremos a vivir felices y armoniosos en pareja.
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