La culpa es un sentimiento de carga , una forma de ocupar la mente , con cosas no resueltas y esto sin duda representa un gran peligro, ya que en muchas ocasiones , las personas siguen su vida con ella en su interior , lo cual les limita de disfrutar de sentirse merecedores de las cosas buenas que les suceden, y en muchas ocasiones, de no poder cerrar ciclos. Sin contar que emocionalmente es desgastante para quien la vive y la reprime , es ser pres@ de un sentimiento con el cual limitas varias áreas de tu vida.
Si reflexionamos el problema en sí , la mayoría de veces no es la culpa , sino la idea que te creas y que decides quedarte en ella. Observa en tu interior, reflexiona tu sentir , tus emociones , es decir: cómo se siente la culpa físicamente en tu cuerpo , por ejemplo: me duele el estómago , la cabeza , el pecho. También observa tus pensamientos, es decir, ¿Esta culpa me produce pensamientos de soy mal@ , debo sufrir , debí hacerlo diferente? , ¿me lo gane y es mi responsabilidad?, entre otros.
En realidad la culpa no es producto por lo general de lo que hiciste , o lo que no hiciste o lo que pasó . La culpa, es lo que tú decides de esa experiencia cargar " sobre tus hombros ".
¡No te acuses más!; Nuestro peor enemigo somos nosotros mismos, es una pelea continua entre lo que somos y lo que pensamos que deberíamos ser. Si el juez interior aparece, acepta en lugar de luchar. Y aunque a veces puede parecer útil para evitar o rectificar actitudes con las que hemos herido a alguien, si nos encasillamos en ella se convierte en una desagradable sensación de lucha contra uno mismo, porque antes de poder cambiar, nos debemos aceptar.
La culpa, es un “estado de pelea” entre la persona que somos y la idea que tenemos de cómo deberíamos ser y actuar.
ACEPTÉMONOS TAL COMO SOMOS
Aceptar amorosamente que somos, quienes somos es un requisito indispensable para que la culpa no nos invada. Aceptarnos tal cual no quiere decir que no podamos cambiar y mejorar o que no podamos crecer como personas, pero seguro que no lo lograremos por el camino de la culpa y el reproche.
Lo que somos siempre es mucho más sólido que cualquier idea, por brillante que sea, de lo que deberíamos ser. Los efectos de la culpa son interminables. Es como si lleváramos un juez interno que nos murmura al oído sus acusaciones cada vez que nos apartamos del modelo de quién deberíamos ser.
Bastaría con convertirnos en observadores de nosotros mismos para descubrir que este juez interno no nos guía por el buen camino, y además nos perjudica. El trabajo para disolver la culpa es observar los pensamientos, las ideas, las frases que me invaden cuando esta te consume: “Deberías estar en tu casa”, “una buena madre no deja a sus hijos de esta manera”, “deberías ser diferente". Observa , reflexiona , sin juzgar y busca el punto intermedio sobre lo que debes lo que quieres y lo que realmente puedes hacer , recuerda los juicios son ideas no realidades, y que todos tenemos la oportunidad de hacer , ya sea o no que tengas oportunidad de modificar o mejorar cosas, el punto de partida es tu presente , ámate y abrázate para poder ser libre de ese sentimiento.
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