No es amor ¡es control!
- psicologo1tp
- hace 8 minutos
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Te suenan las frases “te cuido así por que me importas” “estoy siempre contigo por que se que me necesitas” o “voy contigo a todos lados para que estes más segur@” pues quizás puedas estar cerca de una persona que utiliza el romance para controlar. Algunas veces, no notamos como la persona que dice querernos, nos ejerce tal control que nos quita individualidad o incluso, nos termina ahogando con su control excesivo. A veces, puede suceder que quien es controlador no lo noté, pero mientras tanto a su pareja termina enfermando le de tal manera que termine explotando la relación.

Es peligroso porque el control comienza de a poco. No nos damos cuenta. Al principio es sutil; “Te busco, así me quedo tranquilo”, “¿quién es ese que te dio like?”, “con ese top, no esperes que no me ponga celoso”, “tus amigas no te cuidan como yo”, son algunas de las frases célebres que escuchamos habitualmente. Y tu (que quieres que todo esté bien) comienzas a ceder: a dejar de contar, a modificar tus salidas, a revisar tus palabras. Y un día te das cuenta que ya no sabes si decides por ti o por miedo a su reacción.

El miedo no nace de la nada. La psicología clínica entiende que, muchas veces, la necesidad de controlar al otro surge como una forma desesperada de protegerse. Porque controlar no es sólo dominar, sino evitar el abandono. Es anestesiar la incertidumbre y una manera de tapar el dolor. Hablemos claro: el control también es violencia. No hace falta un golpe para que duela. No hace falta un grito para que marque.
Si bien es cierto que detrás de quien controla puede haber apego inseguro (que es donde el amor se vivió como algo que podía desaparecer de un momento a otro), autoestima baja (por lo que necesita asegurar que el otro se quede, porque no cree poder sostenerse solo, y distintas heridas previas (consecuencia de traiciones que dejaron huellas, historias de engaños que ahora se quieren evitar con vigilancia), nada justifica el control. Nada justifica que otra persona decida por ti.
Te escribe y llama todo el día
Sí, tal vez al principio pueda ser genial. Pero el apego y la dependencia pasaron de moda, ¡Hace rato! Enviar mensajes todo el día, llamar reiteradas veces o enviar múltiples memes por Instagram puede resultar tedioso. No sólo porque interrumpe tus quehaceres en la vida, sino, porque no te está brindando espacio personal.
Debemos entender que cada persona tiene una vida, un trabajo y metas, similares a las nuestras y que, diferente a las películas románticas que vimos de niñas, no todo gira en torno al amor y a nuestras parejas.

Es cierto, también es aburrido cuando la otra persona se demora siglos en responder un simple “Hola” por Whatsapp, pero también es una realidad que escribirse todo el día puede ser una mala señal. Aunque ¡Ojo! Tampoco es para salir corriendo. Tal como lo sugerimos anteriormente, una relación sana y estable se construye desde una base fundamental; la comunicación. Si esto te está pasando, lo mejor sería que se lo comuniques. La señal de alerta aquí debe encenderse si esta persona no entiende, se enoja o, incluso, te hace sentir culpable. Si esto ocurre, es mejor terminar la comunicación, de forma definitiva.
Quiere pasar todo el tiempo contigo
“¡No puedo vivir sin ti!”, “¡Nunca es suficiente el tiempo contigo!”, “No, mejor no vayas...quédate aquí, conmigo”. ¿Te han dicho alguna de estas frases? De seguro que sí. Y es que son de las más típicas y también, de las más peligrosas, porque se disfrazan de “romanticismo” y son muy halagadoras de escuchar, pero en la realidad es una conducta bastante tóxica.

Por lo mismo, debes ser consciente de que eres una persona libre e independiente y si esa persona quiere estar contigo cada minuto de tu vida al final vas a querer un poco de tiempo sólo para ti. Estar juntos todo el tiempo puede volverse tóxico muy rápido y más temprano que tarde vas a tener que respirar. Lo grave es cuando él te hace sentir culpable por querer pasar tiempo a solas o con otras personas. Las relaciones no deben basarse en la coacción, la manipulación de las emociones y el miedo ¡Amiga, date cuenta!
Es sobreprotector
Más que dulce, es sexy ¿o no? Si tu pareja te dice, “¡Quiero que seas mía!”, puede que te eleve la líbido y pasen una noche espectacular, pero ese no es el punto. La alerta aquí comienza si empiezas a notar actitudes posesivas, que si esto ocurre, podría ocultar un comportamiento enfermizo.
Los celos son una respuesta normal a una amenaza real para la relación, es sólo una reacción humana ante la sospecha de que la relación corre peligro. Sin embargo, los celos irracionales pueden ser una señal de que tu pareja es controladora. ¿Cómo diferenciarlo? Si te encuentras teniendo que defender un comportamiento completamente inocente, o si insiste en entrometerse en tus cosas, tu teléfono o en tus cuentas de redes sociales de una manera que te hace sentir incómoda, definitivamente debes salir de ahí.

¿Cómo lo resuelvo?
Pon límites claros; es muy importante que la otra persona conozca tus límites, para esto, tu debes exponerlos, ser firme y cumplir con ellos para que la situación empiece a ser diferente. Recuerda, si no los acepta, también es mala señal.
Ten un espacio sólo para ti; recuerda que no somos palomitas de caramelo para estar pegados todo el día, una relación que es independiente, siempre es más sana y te deja crecer que una donde todo el tiempo estamos juntos.
Toma distancia de ser necesario; si ya pusiste límites y pediste tu espacio y la otra persona reaccionó mal, entonces mejor toma distancia y aléjate de esa persona, tu eres libre y valios@.
Trabaja en terapia; es muy importante que identifiques si esto es un patrón o es algo que recién comienza, si es un patrón puede que venga de situaciones anteriores que es importante que trabajes y si paso por primera vez entonces lo más importante es trabajar en tu autoestima para que no sientas que lo que hiciste estuvo mal. Visitamos en transpersonal playa.

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