La visibilidad que a la fecha han alcanzado los movimientos de mujeres es resultado de una lucha constante de ellas en diversos ámbitos, son siglos de resistencia a las imposiciones patriarcales que hoy muchas personas aún no logran entender por completo.
Ante este panorama, la voz de algunos hombres se ha manifestado en intentos y esfuerzos de apoyar estos movimientos sociales, sin embargo dicho apoyo no necesariamente se ajusta a las necesidades del mismo, incluso en algunas ocasiones termina reproduciendo conductas machistas que por desconocimiento se ejercen con buenas intenciones pero con medios patriarcales.
Entonces, ¿De qué manera podemos apoyar los hombres las luchas sociales de las mujeres?, para responder esta pregunta vale la pena partir de establecer lo que NO aporta al movimiento; aquí te enumero algunas de estas nocivas acciones:
· Felicitarlas; las colectivas de mujeres surgen principalmente a partir de injusticias y violencias sistemáticas, por ello se conmemoran las causas, y se lucha por reestablecer sus derechos humanos.
· Opinar en torno a temas que solo les compete conversar, debatir y decidir a los cuerpos de mujeres
· Indignarnos de la violencia que viven sin antes cuestionarnos las violencias que nosotros seguimos ejerciendo
· Mostrarnos como salvadores o héroes protectores: “Si necesitas ayuda, búscame”, “Si te sientes sola, háblame”, “Soy el tipo de hombre que te va a defender de cualquier violento”, etc.
Estas y otras acciones no hacen más que obstaculizar los esfuerzos de las mujeres que día a día enfrentan un sistema masculinizado, en su hogar, en las calles y espacios públicos, en sus trabajos, en las escuelas y en los medios de comunicación.
La lucha de las mujeres no requiere de este tipo de apoyo, requiere que los hombres nos ocupemos de nuestros propios temas que en gran parte son el origen del problema que ellas viven:
· Necesitamos hablar entre nosotros de las violencias que ejercimos y ejercemos en contra de las mujeres,
· Es urgente señalar las conductas violentas de nuestros relaciones más cercanas, las violencias que ejercen hacia las mujeres, nuestro padre, nuestro hermano, nuestro mejor amigo, el jefe o el compañero de trabajo,
· Denunciar las violencias que se expresan en redes sociales, lo cual incluye reportar y cuestionar los comentarios misóginos o machistas de nuestros contactos, la libertad de expresión no es igual a emitir discursos de odio,
· Necesitamos expresar abiertamente los costos que la masculinidad trae a nuestras vidas, vivir menos estadísticamente es prueba de ello, ya sea por riñas callejeras, enfermedades producto de los descuidos a los que nos invita la masculinidad, accidentes por falta de precauciones y autocuidado, padecimientos físicos y mentales por mantener la absurda idea de ser “muy hombres” y no necesitar de atención a nuestra salud.
· Cuestionar nuestros privilegios por ser hombres
· Cuestionar los rituales destructivos que la masculinidad nos impone desde niños,
· Reconocer nuestra vulnerabilidad inherente a ser-humanos.
Estas y otras tareas los hombres tenemos como alternativas para acompañar a las mujeres en sus luchas.
Tal vez después de leer estas opciones ya no tengas muchos ánimos de apoyar, pero he de decirte que si crees que tu tarea corresponde al primer listado, tal vez necesites cuestionar tus pensamientos machistas; lo que viven las mujeres es injusto, pero si te adentras en el tema notarás que la atención a los problemas de los hombres es un asunto que hemos postergado por creerlo innecesario.
La psicoterapia con enfoque de género es una alternativa para cuestionar estos y otros temas, tú sabes que ser hombre representa costos, a corto o largo plazo experimentamos soledad, miedo, frustración, desilusión, tristeza, y lo peor es que a veces no encontramos lugares seguros para hablar de ello, la terapia es una opción, envíanos tus dudas o comentarios al respecto y con gusto le daremos seguimiento.
Psicoterapeuta Gestalt Fredy Toriz
Especialista en Género.
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